miércoles, 3 de junio de 2009

Vasculitis




Vasculitis

La vasculitis o inflamación de los vasos sanguíneos se puede producir cuando los anticuerpos que se han adherido a los antígenos en la sangre (complejos inmunes), se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos. Estas manchas violáceas pueden ser palpadas en la piel y no palidecen cuando se presionan. A medida que la condición progresa, pueden agrandarse y tomar una apariencia de magulladura o equimosis y algunas pueden manifestar ulceración o necrosis (muerte tisular) en la parte central.

Cuando un vaso sanguíneo se inflama, puede:
  • Estrecharse y dificultar más el paso de la sangre
  • Cerrarse completamente de manera que la sangre no pueda pasar
  • Estirarse y debilitarse tanto que broten y causen hemorragias internas peligrosas
Los síntomas de una vasculitis pueden variar, pero suelen incluir fiebre, inflamación y una sensación general de enfermedad. La meta principal del tratamiento es detener la inflamación. Los esteroides y otros medicamentos pueden detener la inflamación y con frecuencia ser muy útiles.

TIPOS DE VASCULITIS

• Síndrome de Behçet: habitualmente consiste en ampollas dolorosas en la boca y es más común en los hombres, particularmente de Medio Oriente.
• Enfermedad de Buerger: relacionada con el hábito de fumar cigarrillos. Abandonar el consumo de tabaco es la única forma de tratar este tipo de vasculitis.
• Síndrome de Churg-Strauss: relacionado con la rinitis alérgica y el asma, puede avanzar hasta provocar una vasculitis grave en todo el cuerpo.
• Arteritis de células gigantes (arteritis temporal): esta vasculitis, que es común en las mujeres mayores, causa dolor de cabeza, dolor en la mandíbula
y pérdida visual.
• Púrpura de Henoch-Schönlein: este tipo de vasculitis, que es más común en los niños, puede provocar insuficiencia renal o puede resolverse de forma
espontánea.
• Enfermedad de Kawasaki: tipo de vasculitis poco común que habitualmente afecta a los niños. Puede hacer que la lengua se hinche y se ponga roja.
La inflamación del corazón y de la aorta hace que este tipo de vasculitis sea especialmente peligroso si no se trata con rapidez.
• Poliarteritis microscópica: afecta los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo y causa insuficiencia renal y hemorragia pulmonar. Comúnmente,
se halla un tipo de anticuerpo denominado anticuerpo antineutrofílico citoplasmático (antineutrophil cytoplasmic antibody, ANCA).
• Poliarteritis nodular: afecta la piel, las articulaciones, los nervios periféricos y los vasos sanguíneos del riñón.
• Polimialgia reumática: esta vasculitis, que es una enfermedad de los adultos, a menudo causa dolor y rigidez articulares.
• Vasculitis reumatoide: este tipo de vasculitis, que está asociado con la artritis reumatoide, afecta los vasos sanguíneos pequeños, especialmente en la piel.
• Granulomatosis de Wegener: habitualmente afecta los pulmones, los riñones y la piel. Pueden producirse granulomas (lesiones inflamatorias, compactas
y sólidas).

DIAGNÓSTICO
Un historial clínico y un examen físico detallados pueden conducir al diagnóstico de un tipo
específico de vasculitis. Al comienzo de una enfermedad relacionada con la vasculitis pueden
producirse síntomas imprecisos que pueden incluir fiebre, malestar (sentirse mal), náuseas,
debilidad, pérdida de peso, poco apetito y agotamiento. Cada tipo de vasculitis tiene signos
y síntomas asociados que son específicos. En función de los síntomas de la persona, los estudios
para detectar la vasculitis pueden incluir análisis de sangre, radiografías, angiografías
(estudios radiográficos de los vasos sanguíneos con material de contraste), biopsias de los
tejidos comprometidos o análisis de orina.

TRATAMIENTO
Los medicamentos que se utilizan comúnmente para tratar todos los tipos de vasculitis incluyen:
• Corticoesteroides
• Antiinflamatorios no esteroideos (nonsteroidal anti-inflammatory drug, NSAID) que pueden
resultar útiles para algunas personas.
• Fármacos citotóxicos (incluida la ciclofosfamida, que a menudo se utiliza como parte de la
quimioterapia para el cáncer).
• Inmunosupresores (como la azatioprina, el micofenolato mofetil y la ciclosporina).


Fuentes: Asociación Americana del Corazón; Instituto
Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre;
Fundación para la Vasculitis


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