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La anorgasmia es una de las disfunciones sexuales más frecuentes en la mujer; podríamos definirla como la inhibición recurrente y persistente del orgasmo, manifestada por su ausencia tras una fase de excitación normal y producida a través de una estimulación que pueda considerarse adecuada.
Esta disfunción sexual tiende a confundirse muchas veces con mal llamado término frigidez, que es la alteración en la fase de deseo sexual, donde la mujer tiene disminución, y/o ausencia, del deseo sexual pero puede alcanzar el orgasmo.
En la anorgasmia hay apetito o deseo sexual, la mujer puede excitarse y lubricar, pero hay una incapacidad de lograr el orgasmo.
Podemos hablar de 3 tipos de anorgasmia:
Causas orgánicas de la anorgasmia
Fisiológicamente el orgasmo es complejo, en su desarrollo intervienen una serie de contracciones musculares, originadas por vía refleja de los músculos de la vagina. Los estímulos que aumentan la tensión y producen el clímax provienen de estructuras nerviosas localizadas en el clítoris y en la vagina. Cualquier alteración de las estructuras nerviosas que llevan la información al cerebro, como una enfermedad, medicamentos, drogas o un traumatismo en la zona mencionada, pueden ocasionar trastornos en el orgasmo.
Estas causas son responsable del 5% de la anorgasmia.
Causas psicológicas de la anorgasmia
El orgasmo puede ausentarse por muchos factores que se vinculan a la relación de pareja como son:
Estas causas son responsables del 95%
Tratamiento de la anorgasmia
La anorgasmia es tratable, siempre y cuando la mujer coopere con el terapeuta. La eficacia del tratamiento es de un 95% de éxito.
El tratamiento de la anorgasmia va dirigido a:
El terapeuta debe dar información a la pareja, acerca de la naturaleza psicológica del problema y del papel que ambos deberán adoptar en el transcurso de la terapia. Siguiendo el programa de tratamiento, la mujer aprenderá a centrar su atención sobre las sensaciones previas al orgasmo, y podrá desarrollar así una respuesta natural que estaba inhibida. El fin de la terapia es que la mujer pueda disfrutar de su cuerpo, obteniendo placer, en una relación con su pareja.
Es importante que el ginecólogo pueda abrir el tema de la sexualidad con su paciente, ya que allí puede revisar dudas, temores, inquietudes que tenga con respecto a este tema. De igual forma la mujer debe tener la suficiente confianza con su ginecólogo, para comentarle cambios que pudiesen darse en su sexualidad.
El siguiente gráfico presenta cómo las mujeres logran el orgasmo en comparación con la anorgásmia primaria absoluta. (Tomado de Helen Kaplan)
Hoy día la computadora, los videojuegos y aparatos electrónicos portátiles complementan nuestro estilo de vida a nivel profesional y personal, razón por la cual cada día pasamos más tiempo frente a alguno de estos.
No es extraño que luego de una larga jornada de trabajo que pudiera incluir largas horas en la computadora, lleguemos a casa y pasemos algunas horas más navegando en internet. Y si agregamos que tal vez el entorno en el cual realizamos estas actividades no sea el más idóneo, eventualmente con el tiempo se podrían presentar una serie de síntomas oculares como son: enrojecimiento, ardor, sensación de arena, picor, sensibilidad a la luz, lagrimeo, visión borrosa y cansancio visual, desencadenando en algunos al ‘ojo seco'.
La entidad conocida como ‘Ojo Seco' no es más que una condición caracterizada por la secreción insuficiente de lágrimas y/o por una evaporación excesiva de las mismas, alterando la estabilidad de la película lagrimal.
La glándula lagrimal es responsable del 95% de la secreción de lágrimas. Esta glándula libera continuamente su contenido para lubricar y proteger la superficie ocular. Este contenido es drenado del ojo a través de los puntos lagrimales hacia el conducto lagrimal, terminando finalmente en la nariz a través del meato inferior. De manera permanente la película lagrimal debe cubrir toda la superficie corneal, manteniéndola lubricada y lisa, característica necesaria para tener buena visión. Esta película lagrimal está compuesta de tres capas, una interna de mucina, una media acuosa y una externa lipídica que impide la evaporación de las lágrimas; cualquier alteración en algunas de estas estructuras, pudiera ocasionar un estado patológico ya sea ojo seco o lagrimeo en exceso.
La cantidad de veces que parpadeamos normalmente es de 16-20 veces por minutos aproximadamente; cuando estamos frente a un monitor esta cantidad disminuye hasta 6-8 veces, aumentando la evaporación de las lágrimas y promoviendo a la resequedad ocular. Así mismo el enfoque ininterrumpido por largas horas, causa fatiga visual por cansancio del musculo ciliar (responsable de los movimientos de acomodación del ojo), y si agregamos otros factores, como inadecuada iluminación, monitores sin filtro o reguladores de contraste, el no uso de lentes correctivos en pacientes que los necesitan o distancia desproporcionada entre el usuario y el computador, las molestias visuales probablemente irán en aumento.
Existen condiciones patológicas y factores de riesgos que cursan con ojo seco como la artritis reumatoide, la menopausia, diabetes e hipertensión, fumadores crónicos, alergias e infecciones crónicas oculares y deficiencia de ácidos grasos tipo Omega 3. Evidentemente si a estas agregamos que la persona sea usuario prolongado de computadoras la incidencia será mayor.
Los síntomas de ojo seco son frecuentemente subestimados por el paciente, y hoy en día representan una de las causas más frecuentes de consulta oftalmológica. La atención a tiempo de esta condición asegura el bienestar visual, sin embargo su desatención pudiera llevar a un daño ocular severo.
Hay ciertas recomendaciones útiles para prevenir esta condición: