jueves, 20 de agosto de 2009

Una proteína sintética evita la infección con VIH

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LUNES, 17 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- Investigadores informan que pudieron bloquear las infecciones por VIH en el laboratorio mediante proteínas sintéticas que evitaban que el virus entrara a las células sanas.

En el estudio, los investigadores desarrollaron moléculas sintéticas que interferían con la capacidad de una proteína clave del VIH, llamada gp41, de interactuar con las proteínas en las células anfitrionas.

Al interrumpir la interacción, el VIH no podía infectar a las células, según el estudio que aparece en la edición en línea del 17 de agosto de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Las interacciones entre las proteínas ocurren como parte de procesos biológicos, entre ellos las infecciones y el crecimiento tumoral, explicaron los investigadores.

"Cuando las proteínas se juntan, hay mucha transferencia de información, y con frecuencia bloquear tal flujo sería deseable", apuntó Samuel Gellman, profesor de química de la Universidad de Wisconsin-Madison, en un comunicado de prensa de la institución.

Los intentos anteriores de evitar la infección al interferir con las interacciones de las proteínas de manera selectiva han tenido un éxito limitado, contó. La mayoría de fármacos no son eficaces para bloquear las interacciones entre proteínas.

Los péptidos, pequeños trozos de proteínas, han resultado algo eficaces, pero son descompuestos con facilidad por las enzimas del organismo, según el comunicado de prensa.

Las nuevas moléculas sintéticas, parecidas a los péptidos, no tienen ese problema debido a una estructura modificada que las enzimas tienen problemas para reconocer.

En el estudio, las moléculas sintéticas interactuaron con el gp41 para evitar que el virus infectara las células anfitrionas. Las moléculas sintéticas fueron alteradas para mejorar su capacidad de soportar la degradación enzimática, pero retuvieron la forma tridimensional necesaria para reconocer a la proteína gp41 del VIH.

"Deseábamos encontrar un lenguaje alternativo, una manera distinta de expresar la información que las proteínas expresan para poder interferir con una conversación que una proteína tiene con otra", explicó Gellman.

La idea se muestra promisoria para el desarrollo de tratamientos para otras interacciones entre proteínas que causan enfermedades, entre ellas la influenza y el virus del Ébola, añadió Gellman.

El estudio se financió mediante subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTE: University of Wisconsin-Madison, news release, Aug. 17, 2009

Según un informe, la apnea del sueño aumenta el riesgo de muerte, sobre todo en los hombres

Un importante estudio relaciona el trastorno de la respiración con complicaciones cardiacas mortales



Imagen de noticias HealthDayMARTES, 18 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- Las manifestaciones clásicas de la apnea del sueño, como roncar mucho, interrupciones en la respiración y sueño trastornado, casi duplican el riesgo de enfermedad crónica y muerte prematura entre los hombres de mediana edad y mayores, según una nueva e importante investigación.

Incluso los pacientes con apnea de sueño moderada se enfrentan a un mayor riesgo de muerte, de hasta 17 por ciento, frente a aquellos que no sufren de problemas de respiración por trastornos del sueño, encuentra el estudio de EE. UU., que tuvo una duración de una década.

"El hallazgo primario de nuestro estudio fue que la apnea del sueño puede aumentar el riesgo de muerte casi en 40 por ciento, incluso tras tomar en cuenta otros factores", apuntó el líder del estudio, el Dr. Naresh Punjabi, profesor asociado de medicina de la Facultad de medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

"Nuestro estudio también muestra que lo que explica el aumento del riesgo de muerte es la reducción de los niveles de oxígeno durante el sueño que resulta de la apnea", añadió Punjabi. Los hombres que sufren apnea del sueño entre los 40 y 70 años están particularmente en riesgo de muerte por cualquier causa, pero sobre todo por enfermedad cardiovascular, encontraron los investigadores.

Punjabi y colegas publicaron sus hallazgos en la edición en línea del 18 de agosto de la revista PLoS Medicine. Ésta es la investigación de mayor tamaño que ha estudiado las relaciones entre los trastornos del sueño y la enfermedad, afirmaron.

La apnea del sueño es una afección crónica común que afecta a alrededor de uno de cada cuatro hombres y a una de cada diez mujeres, señalaron los autores. Si no se trata, puede conducir a un exceso de somnolencia, dificultades para mantenerse alerta durante el día y un mayor riesgo de accidentes de tráfico.

Para el estudio, el equipo de investigación del Centro Médico Bayview de la Johns Hopkins se enfocó en más de 6,400 hombres y mujeres que tenían entre 40 y 70 años de edad y que sufrían de apnea del sueño de leve a grave, o que no tenían tales dificultades para conciliar el sueño. Muchos participantes se describieron a sí mismos como "roncadores", una importante característica de la apnea del sueño.

A lo largo del periodo de monitorización en el hogar de los patrones del sueño, el equipo acumuló casi 10,000 registros a profundidad de los patrones de respiración, los ritmos cardiacos y la actividad cerebral durante el sueño.

Tras determinar que alrededor de la mitad de los pacientes tenía apnea de sueño entre moderada y grave, los investigadores procedieron a identificar la incidencia de enfermedades o muerte por presión arterial alta, enfermedad cardiaca y/o accidente cerebrovascular.

Durante el periodo de seguimiento de poco más de ocho años, en promedio, los investigadores encontraron que 587 hombres y 460 mujeres murieron durante el estudio.

Al comparar las muertes con los registros del patrón de sueño, el equipo encontró que tener apenas once minutos de apnea del sueño grave, en la cual los niveles de oxígeno bajan a menos de 90 por ciento de lo normal, parecía duplicar más o menos el riesgo de muerte entre los hombres.

El reducido número de mujeres que sufrían de apnea del sueño grave y que fallecieron durante el estudio permitió descartar conclusiones similares en la mujer.

Sin embargo, Punjabi y colegas enfatizaron que los hallazgos eran lo suficiente alarmantes para que los médicos prestaran atención de cerca a los hábitos de sueño de los pacientes para intervenir de forma rápida cuando sea adecuado.

"Con la creciente evidencia que indica el rango de efectos clínicos de la apnea del sueño, hay que aumentar la concienciación entre los profesionales de atención de salud y la comunidad en general", enfatizó Punjabi.

La pérdida de peso a veces reduce la apnea del sueño y algunos que la sufren obtienen alivio con el uso de un dispositivo que les impide dormir boca arriba. Para los casos graves, uno de los tratamientos actuales es el dispositivo de "presión positiva continua de las vías respiratorias" (CPAP, por sus siglas en inglés), que funciona como una especie de máscara de oxígeno que se coloca sobre la nariz para ayudar a impulsar el paso del aire por las vías nasales, evitando que las vías respiratorias colapsen.

Las personas que tienen síntomas clínicos de apnea del sueño, tales como roncar mucho, somnolencia durante el día y cansancio, deben discutir sus síntomas con un médico, aconsejó Punjabi. "Una terapia eficaz para la apnea del sueño puede mejorar tales síntomas así como la calidad de vida", aseguró.

Jim Cappuccino, un paciente de apnea del sueño de 49 años de edad que vive en los suburbios de Baltimore y que participó en el estudio de Punjabi, estuvo de acuerdo.

Cappuccino, propietario de una compañía de ventas de equipo quirúrgico y dispositivos médicos, sabía que tenía presión arterial alta, colesterol alto y diabetes tipo 2 antes de inscribirse en el ensayo.

Aunque sabe perfectamente que las dificultades con la apnea del sueño, tales como ronquidos muy fuertes y pausas en la respiración, empezaron en torno a los 35 años, fue sólo tras su inscripción en el estudio que le diagnosticaron apnea del sueño, apuntó.

"Cuando uno está luchando por hacer carrera y ocupado todo el tiempo, los problemas de salud se vuelven secundarios", señaló. "Pero al envejecer, me di cuenta de que probablemente se trataba de algo que debí haber resuelto hace años. Me horrorizó la correlación entre la apnea del sueño y la enfermedad cardiaca y la diabetes, e incluso la muerte, pero las pruebas, el diagnóstico y el tratamiento han hecho una gran diferencia. Realmente me ha permitido levantarme sin sentirme cansado, que no ha sido lo normal en mí durante varios años".

"Entonces, lo único que puedo decir es que la gente que cree que tiene problemas debe hacerse pruebas, porque la apnea del sueño deteriora el organismo y puede causar muchos otros problemas de salud", añadió Cappuccino.

El año pasado, estudios australianos y de la Universidad de Wisconsin reportaron hallazgos similares sobre un mayor riesgo de muerte relacionado con la apnea del sueño grave.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

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