El proceso de auto-ensamble produce cables que son notablemente más finos que un cabello humano. Pueden ser desarrollados tan pequeños que perfectamente pueden interactuar con células individuales, lo que los hace potencialmente beneficiosos para desarrollo de tratamientos para parálisis.
Investigadores creen eventualmente se podrían desarrollar procedimientos donde porciones de nervios sean reconectados con estos nuevos cables orgánicos. Una vez la ciencia sea perfeccionada y aplicada, estos pacientes podrían, teóricamente, recobrar por lo menos parte, sino toda de su movilidad.
De hecho, el professor asistente John D. Tovar, del Departamento de Química del la Escuela de Artes y Ciencia Zanvyl Krieger habló de esta posibilidad, indicando "¿Podremos utilizar estos materiales para guiar la corriente a escala nano? ¿Podremos utilizarlos para regular la comunicación de célula a célula, como preludio a la reingeniería de redes neuronales o médulas espinales dañadas? Estas son las preguntas que esperamos poder responder en los próximos años".
La importancia de este logro
Quizás el mayor beneficio de estas investigaciones es el mecanismo ya existente. Este equipo de investigación ya resolvió los problemas asociados con el desarrollo de estas aplicaciones y han presentando al mundo otra herramienta para otras investigaciones y desarrollos.
Otros científicos no tendrán que desarrollar procedimientos para crear cables auto-ensamblables para sus necesidades, ahora pueden trabajar desde el marco de conocer que estos cables existentes.
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